diumenge, 26 de juliol del 2015

CARRER DE GUILLEM


 guillem 1

En el barrio de la Ribera, muy cerca del parque de la Ciutadella, se encuentra el pequeño y estrecho Carrer de Guillem. Es una típica callejuela del Born, que fue bautizada como tal en 1907. El Guillem al que alude el nombre no era otro que Felipe Guillén, un farmacéutico sevillano, nacido en 1492 y que según el nomenclátor oficial de la ciudad  “Construyó un aparato, que presentó en 1525 al rey de Portugal, que fue la primera brújula de desviación conocida en España”. Lo que no dice el nomenclátor es que Guillen acabo sus días encerrado en la cárcel por embustero.
A principios del siglo XVI, en una Sevilla convertida en puerto del mundo, el boticario Felipe Guillen compartió viajes con los numerosos aventureros que se hacían las Americas. Fruto de aquellas experiencias,  inventó «un círculo graduado con una aguja pequeña y tres hilos, por medio del cual, observando el sol a iguales alturas antes y después del mediodía, y hallando la línea meridiana, daba a conocer la variación de la aguja, y suponiéndola regular, deducía por ella la longitud». Este ingenioso invento, una especie de astrolabio que podría permitir situarse en un mapa a los marineros, era inexacto  y podía dar graves errores. Aun así,  Guillen no tuvo reparos en marchar a Portugal  y ofrecer su invento al Rey Joao III. Guillen, se presentó como un importante matemático y astrónomo castellano (lo que no era), y afirmo que con su invento los marineros portugueses serian infalibles y que podrían viajar día y noche de este a oeste. Además dio coordenadas para llegar a abundantes minas de oro y paraísos terrenales en lo que hoy es el Brasil.
15-_Rei_D._João_III_-_O_Piedoso
El rey portugués cubrió de oro a Guillen y lo pensiono de por vida, hasta el día en que un experto astrónomo pudo hablar con él y descubrió el engaño y lo falso de sus argumentos. Sabedor de su destino, el embustero Guillen fue apresado cuando ya estaba a lomos de un caballo en tierras gallegas. Guillen conservo la vida, pero fue encarcelado de por vida en las galeras. Tanta fama tuvo en su momento, que el histórico poeta portugués Gil Vicente le dedico unas trovas:
“del abismo vio el profundo
Del profundo el paraíso
Del paraíso vio el mundo
Del mundo vio cuanto quiso”
“sin  ver astronomía
Él toma el sol por el rabo
 En cualquier hora del día…”

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada