dilluns, 6 de juliol del 2015

EL FOSSAR DE LES MORERES


                   El fossar de les moreres




El Foso de las Moreras es una plaza de la ciudad de Barcelona, construida sobre la fosa común perteneciente a la adyacente basílica de Santa María del Mar. Integra los elementos conmemorativos a los caídos durante el asedio de Barcelona de 1714, en el marco de la Guerra de Sucesión Española. El motivo de que en este sitio se recuerde los defensores caídos de la ciudad de Barcelona es que durante el sitio del 11 de septiembre de 1714, muchos de los defensores muertos en combate fueron enterrados precisamente en este sitio.

 Los orígenes del Foso de las Moreras datan del siglo XII, cuando el párroco de la iglesia de Santa María del Mar, necesitado de un lugar cercano a su parroquia para enterrar a sus fieles, solicitó al burgués Bernat Marcús la donación de un terreno adyacente a la iglesia, que era de su propiedad. Marcús, le cedió el solar, pero con la condición de que en el plazo máximo de quince días se debía haber enterrado en su solar algún feligrés de Santa María, ya que consideraba que si transcurrido dicho plazo el terreno no se había utilizado, no era tan necesario como el párroco pretendía. Transcurrido el plazo otorgado por Marcús sin que se produjera ningún fallecimiento, Marcús se dirigió a la iglesia para anular la donación realizada. Cuando llegó bajo las moreras que adornaban la plaza, un fulminante ataque al corazón acabó con su vida, siendo el propio donante quien inauguró el cementerio. 






Y al fondo de la plaza, a la sombra de las moreras que le dan nombre, una placa reproduce los versos de Frederic Soler "Pitarra", leídos año tras año en los actos de homenaje de la Diada: "Al fossar de les moreres no s'hi enterra cap traïdor; fins perdent nostres banderes serà l'urna de l'honor". "En el Foso de las moreras no se entierra a ningún traidor, incluso perdiendo nuestras banderas será la urna del honor".
  


"Al Fossar de les Moreres no s'hi enterra cap traidor". Esta es la inscripción que preside el Fossar de les Moreres, un espacio en el barrio de la Ribera donde se dio sepultura a los resistentes que fallecieron durante el sitio de la ciudad de Barcelona, a manos de las tropas borbónicas, en 1714. El 'president' Artur Mas rendirá tributo, la noche del 10 de septiembre, víspera del 300º aniversario de la caída de la capital catalana, a los resistentes del siglo XVIII. Aunque se trate de una conmemoración de lo suceddido hace tres siglos, el acto y la inscripción del espacio tienen un fuerte carácter simbólico también en una lectura de la más estricta actualidad, es decir, en el proceso hacia la eventual consulta del 9 de noviembre. La principal novedad de la conmemoración es que el peso específico de los actos se desplaza del 11 al 10 y del parque de la Ciutadella a las calles del barrio de la Ribera, en los alrededores del mercado del Born.


 Este espacio sobre la fosa común del siglo XVIII es, tradicionalmente, el feudo del independentismo más radical, el que se sitúa más a la izquierda de ERC, por ejemplo. Y lo hará a poco más de una semana de la convocatoria de la eventual consulta de autodeterminación y a menos de dos meses de la presunta celebración de esta.

 Una 'noche blanca'.

  El vicepresidente de la Mesa del Parlament Lluís Maria Corominas y el portavoz del Govern, Francesc Homs, han desgranado este jueves el programa de actos de la Diada del 2014, "un Onze de Setembre especial". Tras el acto del Fossar de les Moreres, se celebrará un acto institucional en la Llotja de Mar y, después, se dará inicio a una 'noche blanca' en la que, con la colaboración de los principales festivales de artes escénicas deCatalunya (como por ejemplo la Fira del teatre de Tàrrega), se llenarán de contenido los edificios del Born.

 El 11 de septiembre, "coincidiendo con el momento en que cayó el 'conseller en cap' Rafael Casanova", en 1714, 300 violoncelistas interpretarán una pieza musical creada especialmente para la ocasión, en lo que también será el momento álgido de los actos del tricentenario de la caída de la capital, cuyo programa se ha ido desarrollando en los últimos meses.




 Corominas ha llamado a la participación y, también, "a la reivindicación". "Es una Diada diferente", ha dicho, "en la que hay que defender la soberanía y las libertades" de Catalunya.




En su extremo superior siempre arde una llama, símbolo del homenaje eterno. 

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