La Casa Llotja del Mar está en el Passeig Isabel II núm 1, cuya fachada da a Pla de Palau
La construcción tiene una altura de 22 metros y sus fachadas están rematadas por 4 frontones cuya importancia señala la de la calle por la que se accede o la importancia que tenía en la época de construcción: al inaugurarse, no existía aún el Paseo de Isabel II, ocupado por la Muralla de Mar. La construcción, iniciada en 1398 en los terrenos donde tenía la casa el almirante de Cataluña, Pere de Cardona. Era una construcción gótica magnífica como todavía da fe el salón de contrataciones, el único recinto que se ha mantenido del edificio antiguo. Había sido utilizada en numerosas ocasiones de sala de recepción y de fiestas, así como los actos más solemnes de la ciudad. Los golpes de mar entonces le habían invadido en numerosas ocasiones y dañado su estructura hecho que obligo a su demolición y reconstrucción pero con el interés intacto de conservar la gran sala que le daba y le da todavía ese carácter excepcional y propio.
"La reforma fue larga y el pueblo se acercaba a maravillarse de la gran solidez de la obra hasta el punto de crear una frase que todavía se utiliza en ocasiones: 'más grueso que las paredes de la Llotja'. La Llotja fue el centro de reunión y comercio de la población marinera y mercader. La época de mayor poderío de la ciudad se caracterizó por la gran expansión marítima y comercial y una fue consecuencia de la otra en esos tiempos. Por esa razón sus alrededores comenzaron a poblarse y la Llotja pasó a ser el Consulado del Mar, la autoridad que condensaba el sentido de expansión y la fuerza vital de Barcelona. En este punto podemos decir que surgen dos Barcelonas: la tradicional, que residía dentro de las murallas romanas, conservadora y secular, dirigida por el Consejo de los Cien Jurados; y la nueva y moderna, establecida en la afueras de la muralla y de cara al mar, llena de actividad y con ansias de expansión, representada por el Consulado del Mar establecido en La Llotja." extracto del libro de Joan Amades: Histories i Llegendes de Barcelona, Passejada pels carrers de la ciutat vella Volum II. Edicions 62. Barcelona, 1984
UN POCO DE HISTORIA
Durante la época medieval y moderna, la Llotja fue la sede del Consulado del Mar. En la segunda mitad del siglo XVIII y primera del XIX albergó la Real Junta Particular de Comercio de Barcelona, y desde 1886 acoge la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona. A lo largo de más de seis siglos, el establecimiento ha sido testigo privilegiado del desarrollo del comercio, el arte y la arquitectura catalanes, que ahora se exponen en sus diferentes dependencias y salones actualmente disponibles para el alquiler.
En cuanto a los autores de la construcción hay diferentes fuentes de información. Algunos estudiosos han considerado a Pere Llobet, artífice del Salón de Ciento del Ayuntamiento de Barcelona, como el primer arquitecto de la Lonja. Y algunos documentos mencionan a Pere Arvei y Pere Sabadia como directores de las obras en diferentes fechas, aunque no se les puede atribuir con certeza la responsabilidad del proyecto. Si bien en cierto, durante una época cuando la Llotja fue ocupada por fuerzas militares a partir de 1714 las labores de reforma para adecuar el edificio en un cuartel estuvieron a cargo del ingeniero Alejandro de Rez, brigadier del cuerpo de ingenieros del ejército bajo las órdenes de Felipe V.
Para hacernos una idea, la ocupación durante ese período militar fue completa. Los pisos superiores se acondicionaron para alojar a los soldados y, para subir, se construyó una escalera exterior por el Patio de los Naranjos. En la planta baja del pórtico renacentista se instalaron las cocinas. El Salón de Contrataciones y la nave colateral se utilizaron como almacenes de grano y otros géneros, y al Pla del Palau, junto a la pared de la Lonja, se construyó un cuerpo de guardia. Todas estas actuaciones afectaron negativamente al edificio.
El Decreto de Nueva Planta promulgado en 1716, que suprimía el sistema político y las leyes catalanas para equipararlos a las castellanas, preveía sin embargo la continuidad del Consulado del Mar. A pesar de que se conservó esta entidad, se anuló el derecho de 'periatge', el impuesto que se cobraba a todas mercancías que se cargaban y descargaban en el puerto de Barcelona. Así, el Consulado se encontró sin sede –la Llotja estaba ocupada y muy deteriorada– y sin su fuente principal de ingresos. La pérdida de recursos económicos, así como de su edificio más representativo, hizo que el estamento mercantil de Barcelona viera desaparecer el prestigio del que había disfrutado en tiempos pasados. Fue solo hasta 1767, con la muerte del capitán general, cuando la función y propiedad del edificio volvieron a sus origenes. El conde de Ricla, tenía un carácter más dialogante y aprovechando los ingresos que les proporcionaba el recientemente recuperado impuesto de 'periatge', la Junta de Comercio le ofreció 30.000 libras para hacer obras en el Palacio Real o para construir un nuevo cuartel a cambio de la cesión en exclusiva de la antigua Lonja. El conde se avino al acuerdo y en 1771 entregó las llaves del establecimiento a los comerciantes. Las tropas se trasladaron al cuartel de San Agustín y ese mismo año tomaron posesión del edificio e iniciaron el proceso de remodelación.
Estructuralmente y a modo de resumen podemos decir que La Llotja está constituida por un conjunto de edificios superpuestos, en el núcleo gótico del XIV, formado por los actuales salones de Contrataciones y Cónsules; se le añadió en el siglo XV la nave colateral, donde se encuentra el Salón Dorado. En el siglo XVI se hicieron nuevas ampliaciones y, finalmente, a finales del XVIII se construyó el envoltorio neoclásico sobre el antiguo edificio medieval que hoy podemos contemplar.
SALONES
1. Salón de Contrataciones, imágenes de antaño y actualidad (la perspectiva de la foto es similar, nótese el reloj al fondo del salón y la puerta lateral derecha)
2. Salón de los Cónsules
3. Salón Dorado
4. Salón de los Leones
5. Salón del Pleno
OTRAS DEPENDENCIAS: Fuentes de Neptuno y Patio Escalera de Honor
Actualmente la visita pública, no guiada, de la Casa Llotja de Mar está permitida: Las personas que deseen visitar el edificio pueden hacerlo concertando día y hora en el teléfono 902 636 474
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